El lenguaje …divino tesoro.


(Reflexión de inicio …)


El tiempo transcurre sin esperar por nadie, se impone y no hay espacios para detenciones o demoras, avanza, avanza y no queda más que asumirlo desde la indefensión que conlleva considerarse humano. Nuestra humanidad está revestida de un manto muy frágil que en cualquier momento puede romperse ya sea en el aspecto orgánico o en el lugar inmenso que es el resquicio del espíritu. Dependiendo de la severidad del daño, la ruptura del cuerpo puede ser sanada, en cambio recomponer el alma puede ser una tarea imposible si los estímulos externos o la reflexión interna que crea el individuo no son suficientes como terapia de sanación. Al país por ejemplo le quebraron el alma desde hace algún tiempo, la barbarie y la injusticia, humanizada en funcionarios grises que pisotean diariamente los sueños y aspiraciones de miles de connacionales, son los verdugos contemporáneos de esta tragedia nacional.

Pero no, no quiero sucumbir al tema político, no quiero que se instituya en el tema protagonista de todas mis reflexiones, aún cuando este desparpajo que nos rodea lo recuerde insistentemente. Quisiera compartir en este momento ideas acerca del lenguaje, motivada por algunas lecturas realizadas sobre el tema y también desde el asombro de cómo el paso del tiempo ha ido estableciendo nuevas plataformas para que nuestro mensaje llegue a otras personas.

¿Por qué el lenguaje? (Primera aproximación)



Mencionar lenguaje es vincularlo directamente con el hecho de comunicar,  el lenguaje es un vehículo traductor de  las ideas y pensamientos que se originan en nuestra mente. No creo estar relatando nada novedoso sobre este tópico, aún así no deja de maravillarme como el hombre utiliza esos símbolos que tienen un significado particular, para demostrar conocimientos, emociones, vida y en algunos casos extremos portar la muerte. En principio como seres pensantes aprendemos a través de los símbolos, importante entonces cómo traducir nuestros pensamientos en esos símbolos mencionados, que puedan otorgar un significado verdadero a lo que deseo transmitir.

Bertrand Russell, filósofo y matemático inglés del siglo XX, en el prólogo que realiza a una obra importante como fue el Tractatus Philosophicus de Ludwig Wittgenstein advierte sobre la importancia de esta obra en relación al lenguaje, cuando enuncia … “Hay varios problemas con relación al lenguaje. En primer lugar está el problema de qué es lo que efectivamente ocurre en nuestra mente cuando empleamos el lenguaje con la intención de significar algo con él; este problema pertenece a la psicología. En segundo lugar está el problema de la relación existente entre pensamientos, palabras y proposiciones y aquello a lo que se refieren o significan; este problema pertenece a la epistemología…” Russell expone cuatro lugares más en relación a este señalamiento, no es mi intención complejizar tanto el asunto.

¿Psicología? ¿Epistemología? Si abordamos el tema psicológico del lenguaje y lo que estudia la ciencia de la psicología en un sentido propio, encontramos que existe un campo bastante tupido y generoso en cuanto a estudios relacionados a los procesos mentales del individuo y cómo éstos influyen en su comportamiento social. ¿Qué sucede con el lenguaje en este caso? Pues que para Wittgenstein una limitación en el lenguaje conduce a una limitación en el mundo del individuo, es decir, que podría suponerse que existe una limitación en el pensar... No pensar, vaciar la mente, desintoxicar el espacio donde confluyen ideas y argumentos dentro de nuestro cerebro, supone en principio un vacío de lenguaje. Desde esta perspectiva inevitablemente pienso en los pacientes que sufren de Alzheimer, perder los recuerdos, extraviar tu esencia como individuo debido a un proceso degenerativo neuronal, donde tus recuerdos entran en una especie de agujero negro que socava tu propia identidad, esto definitivamente limita desde el aspecto cognitivo,  la intención de significar algo con el lenguaje tal como lo expone Russell en el párrafo anterior. Si el individuo no recuerda nada o tiene espacios de pérdida de memoria para asumir con propiedad lo que ha sido, el lenguaje será de poco significado para todos los que le rodean y por ende la interacción social con el entorno, se resiente.

Otro caso interesante en esto del lenguaje y la psicología es el caso de los trastornos del espectro autista, puedo referirme en este momento al que se denomina Autismo de Alta Funcionalidad (Síndrome de Asperger) donde la discapacidad para ejercer el lenguaje con propiedad, acarrea tensión y suficiente estrés para generar conflictos en el núcleo donde socializa el individuo que lo sufre.  Esta discapacidad puede generarse en el mismo momento del acto reflexivo y la forma como se ejerce el lenguaje. Cuando se reflexiona, existe inevitablemente una interiorización del habla, es decir, el sujeto conversa consigo mismo tratando de resolver problemas que pueden ser de notable sencillez dentro de su rutina diaria, o también lo suficientemente complejos que amerite emplearse a fondo en el ejercicio de pensar para estructurar ideas y así poder iniciar el intercambio social con quienes le rodean.

Cuando se tiene Asperger, esa limitación del lenguaje que enuncia Wittgenstein más arriba, definitivamente limita el mundo del sujeto con este síndrome, ya que  existen restricciones para establecer interacciones sociales con solvencia y el lenguaje como elemento socializador a través de procesos comunicacionales adecuados, se ve afectado en estos casos. Ese confinamiento en el lenguaje trae como consecuencia rigidez, apego a patrones establecidos, desarrollo de conductas previsibles para situaciones conocidas, incluso estas personas se manejan de forma muy literal (no entienden el sarcasmo ni el doble sentido) al interpretar el sentido de las proposiciones que ofrecen los símbolos organizados para conformar palabras y oraciones. Todo esto conforma un desafío enorme en un mundo veloz, iracundo, poco paciente y apegado a ciertos principios que no son afines a los que manifiestan estos peculiares y especiales seres humanos.

Por otro lado, el aspecto epistemológico tiene que ver con el conocimiento, la ciencia, la posibilidad de lograr un saber total y genuino que puede materializarse definitivamente a través del uso adecuado del lenguaje. ¿Cómo se utiliza en este caso? Semanas atrás en un programa español de televisión por cable, si mal no recuerdo un programa de entrevistas, los allí presentes la anfitriona y la entrevistada trataban de establecer la diferencia entre dos términos que se rozan mucho, me atrevo a pensar que en ocasiones intercambian posiciones, aún cuando algunos expertos se ufanan en exponer las diferencias. Es el caso de la pornografía y el erotismo. En el mencionado programa la entrevistada era una sexóloga y para no hacer el cuento tan largo, me llamó la atención cuando al pedírsele a esta última que explicara el origen del término pornografía, señaló que era una palabra de recién uso (finales del siglo XIX),  ya que no existía palabra alguna que definiera antes de ese periodo, el hecho que describía como parte documentada, es decir, ¿cómo podrían escribir o mostrar pornografía los autores en el siglo XVIII por ejemplo, si no había una palabra que definiera lo que hoy ampliamente le describe?  

Partiendo de lo anterior puede concluirse que mientras no exista el código de símbolos que identifique el fenómeno, pues este simplemente no existe, es lo desconocido, lo inexplicable …¿vendrá entonces el silencio en este caso (de lo que no se puede hablar pues simplemente hay que callar)? ¿será la mostración mística de la propuesta wittgensteniana?

Lo anterior puedo relacionarlo con un artículo que publica el portal web La Jornada Semanal, intitulado “El lenguaje más allá del lenguaje”. En esta reseña el autor explora ese espacio inexpugnable, donde las palabras tienen una trascendencia que va más allá del significado que las arropa, de hecho la pregunta que se hace el autor y que transcribo a continuación es muy ilustrativa de esto …¿Por qué hay un sentido más allá del lenguaje hablado y por qué ese sentido, aunque pertenece al lenguaje, no puede ser dicho más que en el silencio? Interesante pregunta, y aquí refiero a un amigo muy apreciado que en algunos de sus escritos enuncia que desde el silencio se puede ser muy elocuente. En un entorno despótico y totalitario, existe una rebeldía implícita en el silencio, una transgresión directa  a lo que ese entorno pretende imponer y que de alguna manera el receptor de tal imposición, al encontrarse huérfano de palabras poderosas y de significativa fortaleza, opta por ser inteligible o simplemente un espacio vacío.

El lenguaje es el inicio y el final del camino al establecer una relación con el mundo que nos rodea …ya lo creo que es un divino tesoro cuando se es bien empleado.



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