Un apunte sobre política


Imagen Marina Tsvetáieva y su hija en 1916
(Fuente: Pinterest)

Pienso en la gente que asume la política solo como algo relacionado al proselitismo, a la ideología, a la conveniencia partidista.

La política está en todas partes, nos rodea, nos envuelve. Su desconocimiento y rechazo puede asfixiarnos a la larga, nadie está a salvo de su influjo. Nos aborda hasta en los escenarios más insospechados, es por ello que no podemos, no debemos darle la espalda. El caos apuesta a la antipolítica, el caos es el Leviathan que abre sus fauces para devorarnos. El caos es la promoción de la crisis, es la excusa para romper con el orden democrático, con la institucionalidad, con el derecho a tomar decisiones propias. Los psicópatas en el poder hacen su trabajo de acuerdo al guión establecido, no existe improvisación en ello, por ello son sociópatas también. La política se trata de convivencia, de establecer relaciones, de dialogar, debatir posturas y precisiones, construir argumentos.

Esos espacios se han venido anulando de forma sistemática en Venezuela.

Marina Tsvietáieva supo muy bien del caos, de la injusticia, del dolor, ante el extravío de la condición humana más elemental durante la Revolución de Octubre en Rusia. Fue víctima.

En uno de sus libros, "Indicios Terrestres", uno de los párrafos del prólogo señala que esta obra fue rechazada en Alemania por el editor Abraham Vishniak (1923), reconocido personaje en el ámbito de las letras de aquella época, al publicar poetas destacados rusos, donde Tsvetáieva tenía un lugar, sin embargo en este caso la respuesta es negativa, porque lo consideraba un libro apolítico. Marina solo responde esto:

«En el libro no hay política; hay una verdad apasionada y parcial - verdad del hambre, del frío, de la cólera, ¡verdad de aquella época! Mi hija menor murió de hambre en un albergue para niños - esto también es “política” (el albergue era bolchevique)…».


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