Breve aproximación al erotismo sagrado de Bataille


Imagen:  tomada del perfil de Alberto Ruy Sánchez

Cada día que pasa reafirmo la idea que falta mucho por aprender (es cierto, no pretendo descubrir el agua tibia) y que en esta aventura que significa apropiarse del conocimiento del mundo, la carrera puede ser extenuante. Tengo un ritmo propio que me impone serenidad y comprensión de lo que estimula a mis sentidos. Suena a lugar  común, pero mientras más descubro, mientras más abro los ojos al mundo, así como ese pez que lucha fuera del agua para no morir, como metáfora al vuelo, encuentro que el ropaje exterior es innecesario y en ocasiones estorba. Es la pérdida constante de la inocencia.

¿Por qué Bataille? 

Debo confesar que mi interés inicial no estaba encaminado al erotismo propiamente dicho, en un aparte de mis responsabilidades académicas dentro del ámbito profesional, me encontró el concepto de la sacralidad y sus implicaciones. Pero no una sacralidad eminentemente religiosa aún cuando leí y exploré algunos artículos sobre el tema, sino más bien una sacralidad que crea el individuo para establecer incluso de manera arbitraria e intolerante, distancias innecesarias tanto a nivel político como social. No pretendo con este post realizar vinculaciones directas con la realidad que aturde en este momento en mi país, pero sí estoy dando un primer paso de aproximación para establecer algunas premisas en este campo. Por lo pronto aceptaré este viraje cuando Bataille desde su propuesta expone lo sagrado vinculado al erotismo y así de una manera más amable ocupar mis pensamientos en ideas que se alejan un poco de ese aturdimiento que significa en este momento vivir en Venezuela.

¿Quién fue Bataille?

George Bataille fue un filósofo, escritor, poeta, novelista e investigador francés que desafió a su tiempo, me atrevo a catalogarlo como un provocador.  La lectura de su inquietante novela La Historia del Ojo, que publicó bajo un seudónimo incluso, dada la poca apertura mental que existía en el momento de escribirla partiendo de las situaciones allí plasmadas, pues me orientan hacia ese adjetivo de la provocación.  Buscar reseñas en la web para conocer más del hombre a través de la obra, obliga a repasar ideas que parecieran algo confusas, transgresoras. La virtualidad que apoya en estos tiempos de tecnología vertiginosa, nos encuentra con un individuo que fue temerario, que desafió, de alguna manera,  el pesado conservadurismo de la época que le tocó vivir, pensando y elucidando sobre temas prohibidos, que son y forman parte de la esencia del hombre y que le definen con sus semejantes como son su sexualidad y el ejercicio del erotismo. 

Somos seres sexuales de una u otra manera. Procesos bioquímicos internos, las acciones que dictaminan ciertas hormonas que trabajan dentro de nuestro cuerpo, desencadenan una serie de síntomas que demuestran una respuesta que se aprecia en la mirada, en el nerviosismo, en la hipersensibilidad táctil  …incluso en la excitación propia de nuestros genitales, que se manifiestan dependiendo del género de una forma muy particular. La tensión sexual previa al encuentro íntimo prepara el cuerpo de los amantes para una violencia consensuada, menciono consenso porque no entro en el terreno espinoso de la invasión no permitida que conlleva a lo que comúnmente se denomina violación, sino que la cercanía y la aceptación del encuentro se ve reflejada en la humedad y en la fortaleza de los órganos que intervendrán dentro de ese baile que significa tener sexo. Pueden existir otras variantes en esta cercanía, sin embargo lo dejo al libre albedrío del lector para agregar lo que la palabra escrita en este artículo no menciona de manera explícita.

Dos conceptos básicos y de gran importancia en su propuesta destaca Bataille desde el mismo inicio de su argumentación sobre el tema y son: la continuidad y la discontinuidad del ser. De una manera determinante adjetiva nuestra humanidad desde la discontinuidad, ya que nuestra continuidad está en el plano posterior a la muerte ¿Cómo puede entenderse esto? ¿Cómo puede comprenderse esta idea? La discontinuidad proviene de una separación entre dos seres que por un momento pueden ser uno solo (en el momento de la concepción cuando se unen las dos células sexuales) y yo agregaría ¿por qué no? Y con el permiso del autor la circunstancia del propio acto amatorio, cuando se acercan los cuerpos, cuando se tocan, cuando con la mirada imaginan un solo frenesí en el momento mismo del cobijo interno porque la férrea intención es ir más allá de una simple caricia. Estos dos seres en su cotidianidad, desde la materia que les compone, pueden cohabitar en espacios individuales, particulares, con intereses y mundos propios que no ofrecen una continuidad o no demuestran un cuerpo que represente una totalidad. La vida que vivo es mía independientemente de quién tengo al lado, morir en principio es un acto individual.

La discontinuidad para el escritor y filósofo francés tiene su origen en nuestra propia naturaleza, “Somos seres discontinuos, individuos que mueren aisladamente en una aventura ininteligible; pero nos queda la nostalgia de la continuidad perdida…” expresa Bataille. El ser humano en sí mismo es un abismo inexpugnable.

“La reproducción hace entrar en juego a unos seres discontinuos” GB

Para Bataille el acto de perpetuar  la especie mediante la comunión de los cuerpos, revela una angustia, una ansiedad por recuperar la conciencia de continuidad. El erotismo lleva a cuestas un acto violento producto de sustraer al cuerpo de su discontinuidad. Una de las formas de la actividad sexual es precisamente el erotismo y la definición que aporta este pensador francés ofrece un campo amplio para la reflexión cuando lo anuncia en estos términos  … “el erotismo es la aprobación de la vida hasta en la muerte”. 

Servida la paradoja porque ¿cómo morir en medio del disfrute? ¿cómo fallecer en medio de los sentidos que demuestran placer, fervor, exhuberancia? Más allá, ¿cómo morir significa la continuidad del ser y cómo la reproducción del ser a través del acto sexual compromete esa continuidad? Bataille lo resume en la obstinación del individuo por permanecer en el estado de “individualidad perecedera”.  Bataille coloca en comunión el erotismo y la muerte, incluso hace algunas aluciones a Sade como para fundamentar algunas de sus afirmaciones en relación a la descripción de lo que significa la excitación y la muerte, por supuesto, explicando la salvedad correspondiente por aquello de entrar en los dominios de la aberración.

Las formas del erotismo

“Toda la operación del erotismo tiene como fin alcanzar al ser en lo más íntimo, hasta el punto del desfallecimiento” GB

He aquí que en el erotismo, en su despliegue, existe una nostalgia presente que puede definirse a través de tres formas: el erotismo de los cuerpos, el erotismo de los corazones y el erotismo de lo sagrado. Es importante tener presente que solo para los hombres, a diferencia de los animales,  la actividad sexual tiene una connotación psicológica, vivimos dentro, la pasión empuja y estimula el acto amatorio dentro de un orden social establecido ya que en principio nuestra racionalidad nos permite relacionarnos desde el punto de vista sexual a un nivel que trasciende al instinto y a la perpetuidad de la especie. Esto como ya expliqué anteriormente puede caer en desviaciones y en hechos que comprometen la dignidad y la integridad del individuo, pero no es el objetivo de este escrito incursionar en tales hechos.

El erotismo de los cuerpos implica un descubrimiento físico que comienza en principio con la desnudez. Despojarse de la ropa antes del encuentro físico implica un reconocimiento de esa discontinuidad que tanto insiste Bataille, conjurándola a través de la exposición ante el otro, reconociendo de manera mutua que ese ropaje es un impedimento en la búsqueda de la continuidad. A  pesar de esta idea muy particular, el pensador le otorga cierta siniestralidad a esta forma de erotismo cuando la cataloga de “egoísmo cínico” ya que preserva la “discontinuidad individual”.

El erotismo de los corazones es el sentir más libre, más estable, más desprendido. Establece una separación de la materialidad de los cuerpos, aunque esto no le impida que la posesión y la presencia del ser amado no sean importantes. En una pareja, a través del tiempo, la pasión evoluciona, muta, y en este caso, Bataille aboga por una estabilización producto de una afección recíproca, aunque no descarta que esa pasión en algunos casos puede desbordar incluso el violento deseo de los cuerpos.

El erotismo de lo sagrado es el “ser pleno ilimitado”  …el amor de Dios. Aquí el autor define a la deidad como un “ser compuesto que tiene, en el plano de la afectividad, incluso de manera fundamental, la continuidad del ser …” La religiosa o el ser entregado a la divinidad de manera absoluta, renunciando a la experiencia material de los cuerpos en la búsqueda de una entrega que cae en el campo de lo místico, de lo espiritual, de lo que incluso puede caer en el terreno de lo inefable, para establecer esa relación perentoria con un Dios determinado. Muchas implicaciones a tomar en cuenta dentro de todo lo hasta ahora expuesto, pretendo ir reflexionando en ello de forma paulatina.


(Apenas comienzo…continuará)



Comentarios

  1. y apenas comienzo contigo tu viaje, excepcional post¡

    Besos fuertes,

    tRamos

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    1. Gracias por tus comentarios a lo aquí expuesto. Tienes razón, cada escrito es un viaje y agradezco por ello la compañía. Saludos

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