Llegó Diciembre...



No quiero parecer el Grinch con lo que voy a enumerar a continuación, pero empezó la época del desafuero, del caos, de la corredera constante, de innumerables compromisos unos muy queridos, entrañables, sentidos y otros simplemente "porque hay que cumplir" y nos recargan de estrés adicional.


Me da risa cuando uno lee en esas tarjetas que llegan por diferentes vías: "Navidad, tiempo de paz, tiempo de amor"....salgo a la calle y lo menos que respiro es paz y amor, tráfico vehicular a la quinta potencia, la economía informal atiborra los espacios que como peatón tengo derecho, exponiéndome a los mil y un riesgos si intento sortear los vericuetos y pasadizos que llenan las aceras de mi ciudad. La gente desesperada se encuentra totalmente a la defensiva y al más mínimo estímulo....explota de diferentes formas: insultos, corneteo ensordecedor, lenguaje corporal amenazante y pare de contar.


Reflexiono y me digo a misma, será que "estoy fuera de onda" por no decir otra expresión más despectiva, pero en definitiva esta exacerbación en el consumo como que ha desvirtuado un poco el verdadero espíritu de la navidad. Navidad es compartir, creo que es la época propicia para "hacer la diferencia" aunque sea por unos pocos días, pero creo que en ocasiones nos comportamos peor y sale ese "lado oscuro" que todos tenemos, de manera inusual de paso, mientras estamos tratando de cubrir las expectativas de familiares y amigos.


Reconozco que caigo en el error de la "carrera descontrolada" por tratar de complacer a las personas que quiero, de distintas formas en esta época, pero siento que llevo unas cuantas temporadas en un agite permanente y de alguna forma debo desacelerar, y si a esto le añado que tengo compromisos académicos que cumplir, la cosa se pone aún más cuesta arriba.


Mi mejor propósito: Tener los mejores 31 días del año...Amén. Ah! Feliz Navidad y lo mejor para el próximo período que se acerca.








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