¡Qué difícil!


Miro con detenimiento el pizarrón de la realidad venezolana actual y lo veo mucho más complicado y complejo que unos simples números que esperan ser combinados en operaciones matemáticas. Con la afirmación anterior reconozco que no estoy "descubriendo el agua tibia", pero quería iniciar este escrito con la inquietud que me ha acompañado en estos últimos días acerca de lo difícil que es encontrar ideas llenas de luminosidad, que alumbren de optimismo el horizonte que avistamos cada vez que nos asomamos al balcón de nuestras expectativas.

Mi inquietud no es exclusiva, ya que he podido leer a otros articulistas de renombre, y se encuentran embargados por una sensación similar, es decir, que esto de insuflarse de energías positivas con todo aquello de las celebraciones navideñas es todo un desafío, dados los acontecimientos que nos asaltan constantemente tanto a nivel nacional como internacional. Me siento (creo haberlo comentado en un post del año pasado por estas fechas), como una suerte de "Grinch" que percibe con mucha aprehensión todo este alboroto navideño, es como querer pasar agachadita cada vez que el calendario muestra su último trimestre. ¿Por qué?... no sé, es posible que los signos característicos de esta época no me agradan del todo, el ritmo normal de las actividades personales se ralentiza a excepción de las actividades comerciales que entran en un ritmo frenético, el consumismo desenfrenado en muchas ocasiones nos lleva a perder la perspectiva de nuestra propia realidad y hasta podemos sentir presiones innecesarias tratando de encontrar la mejor "forma material" de moldear nuestro cariño para así expresarlo a nuestros seres queridos.

¿Cómo encontrar argumentos convincentes para animar a alguien, que gran parte de su vida ha visto estas fechas como la ocasión propicia para convertirse en una especie de ''San Nicolás" entregando regalos a sus familiares y amigos pero que debido a una estrecha situación económica actual ya no puede hacerlo? ¿Sólo esto es la Navidad?... no lo creo así, pero entiendo que esta última crisis bancaria ha dejado en el hombrillo de la desesperación a más de un venezolano al no poder disponer de sus ahorros de toda una vida, de cualquier manera en este link pueden apreciarse una serie de planteamientos que extienden un poco la idea que deseo transmitir por estas fechas.



Escucho por una vez más las palabras arrogantes del presidente Chávez desde Copenhague y no puede dejar de preguntarme...¿es que no se cansa?...¿no desea ni quiere darse cuenta de su embriaguez mediática?. No puede convencerme con una idea tan simple como que el socialismo es la única tabla de salvación del planeta, no puede darle la espalda a la historia tan impunemente. ¿Quién es él para constituirse en rector de un cúmulo de ideas que simple y llanamente no tienen forma alguna?. (al menos así lo entiendo al erigirse en vocero exclusivo de su recetario sanador). La boliburguesía existe y eso es un hecho que está clarísimo a pesar de sus desplantes verbales llamando a Arné Chacón (directivo de uno de los bancos intervenidos y hermano de uno de sus ministros más incondicionales: Jesse Chacón) "pata'en el suelo". Aquí en Venezuela el socialismo es una quimera, donde sus principales exponentes desde el gobierno, se regodean en la impunidad, el conflicto de intereses y en el más abusivo ejercicio del poder.

Por otro lado, en este mes nos han abandonado personajes de las letras, el deporte y del entretenimiento. Decidieron alzar vuelo de este plano terrenal en un período del calendario, donde la regla general es estar contento. Lamento mucho la partida del profesor Manuel Bermúdez, a pesar de no haberle visto en los medios como antes, las reseñas que he podido leer no hacen más que afianzar mis impresiones de que en su figura se despide una época llena de riqueza intelectual, con grandes principios de tolerancia y gran sentimiento venezolanista.

A pesar de todo la vida continúa, el tiempo así lo impone con cada instante por vivir, y no podemos desperdiciarla. Miremos a nuestro alrededor y apreciemos lo simple, esa tenue luz que se asoma en nuestra habitación cuando comienza el día, indica que se renuevan esperanzas a pesar de la negatividad del entorno. No apuesto por recetas pero ante tanto desasosiego puede hablarse de... ¿Remedios?... no estoy segura de verlo tan claramente como un jarabe milagroso o un compendio de estamentos de autoyuda de algún "iluminado", no, más bien, lo siento como lo expresa una de las estrofas de la canción "Regreso a la inocencia" de Enigma y que coloqué en el post anterior "...no tengas temor a ser débil, no te sientas orgulloso de ser fuerte, si buscas en tu corazón, mi amigo, eso será el retorno a la inocencia", sacar a flote el "niño interno", esa etapa de nuestra vida de despreocupación total, donde los grandes problemas, eran simplemente eso, grandes problemas. No es fácil asumir esta posición cuando nuestra condición de adultos amerita responsabilidades de manutención y cobijo, pero se hará el intento.

Es así que leyendo un artículo publicado el domingo en un diario de circulación nacional, cuyo autor es el escritor peruano Mario Vargas Llosa, me gustaría rescatar algunas ideas relacionadas a la literatura y cómo ésta puede ayudar al ser humano a entender una realidad circundante que puede llegar a ser demasiado desconcertante en los tiempos que corren. Partiendo de la figura de Claudio Magris, escritor italiano de gran renombre y del que tengo muy pocas referencias (prometo ahondar en su obra), Vargas Llosa señala, insiste, se explaya en desarrollar un paralelismo entre Jorge Luis Borges y éste último. Según Vargas Llosa, el escritor argentino en alguna oportunidad dijo: "Estoy podrido de literatura", como una expresión explicativa de cómo a traves de la fantasía creada por grandes autores del campo de las letras, se daba la oportunidad de vivir en un mundo fuera de lo real, una especie de ritual lleno de escapismo, a todo aquello que le desconcertaba que no le encontraba explicación lógica y que estaba en conflicto permanente hasta con el sentido común. Por otro lado Magris, según el escritor peruano, no es afín a practicas de huidas, sino que se enfrenta de una forma determinante con la realidad..."acaso la más acerada, exquisita e instructiva manera de entender esa realidad de la que formamos parte, en la que aparecemos y desaparecemos y de la cual jamás tendríamos aquella distancia que permite el conocimiento si, creyendo sólo contar y escribir historias para entretenimiento de las gentes, no hubiéramos inventado un mecanismo que nos emancipa de lo vivido para entenderlo mejor. Él también está "podrido" de literatura y por eso suele ser tan certero cuando, en sus artículos de Corriere Della Sera, en el que escribe hace más de cuarenta años, opina sobre política, religión, economía, arte, sociedad, la mafia, el terrorismo, la guerra, y demás temas de actualidad. Sea cual sea el asunto sobre el que opina, la literatura siempre asoma, no como adorno ni desplante erudito, más bien como un punto de vista que enriquece, matiza o cuestiona las lecturas supuestamente objetivas e imparciales de lo que ocurre a nuestro alrededor..."

La literatura... un refugio, vale la pena intentarlo y muy particularmente tomaría las perspectivas de ambos autores.

!Feliz Navidad!... el mejor obsequio... la oportunidad de ser leída, es por ello que con mis mejores deseos va implícito un profundo agradecimiento... y apuesto porque podamos colgarnos el bonito de vez en cuando delante de los ojos.







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