Felicidad Sináptica
Recuerdo mis estudios secundarios de biología al escuchar la palabra sinapsis, estoy en el Auditorium de un conocido liceo de mi ciudad y quién atrapa toda mi atención es un profesional menudo con amplia experiencia en el campo de la neurología. El expositor ofrece sus ideas de una manera clara y transparente sobre un tema de mucha relevancia y que incumbe a todos, como es el funcionamiento de nuestro cerebro.
(Ejercitando la memoria)
En unas
vacaciones escolares, inscribí a mi hijo mayor en una actividad
programada por el equipo de basketball de la ciudad, que tenía como
finalidad incentivar a los chicos a iniciarse en la práctica de esta
disciplina deportiva. Un día cualquiera en esta agenda de
entrenamientos, en un intento de encestar la pelota esquivando a un
compañero que le asediaba, perdió el equilibrio realizó una especie de
pirueta hacia atrás, supongo que resbaló, cayendo y chocando de manera
muy fuerte su cabeza contra el piso. Por unos minutos quedó boca arriba,
tendido en el piso, corrí desde donde me encontraba en las gradas
observando, al ver que no se incorporaba. El entrenador se acercó al
mismo tiempo que mi hijo comenzaba a incorporarse, le preguntó si estaba
bien y él contestó algo aturdido que sí, que incluso se sentía
dispuesto para continuar el entrenamiento. Éste me sugirió
preferiblemente que me lo llevara a casa y le observara en caso de
cualquier reacción adversa o extraña.
Efectivamente,
ya en el carro durante el camino de regreso comienzo a escuchar dentro
de nuestra conversación, ideas que eran reiteradas de manera continua.
Una y otra vez hilvanaba planteamientos repetidos tratando de
mantenerlos en su mente pero al mismo tiempo, no era capaz de sostener
recuerdos de eventos de reciente data y por ello sus interrogantes sobre
un mismo tema, sonaban en el aire una y otra vez. De hecho, su papá ese
día muy temprano en la mañana se había despedido de todos porque salía
de viaje por un par de semanas y no había evocación alguna en su memoria
sobre este hecho, para él, su padre estaba en su oficina y regresaría
al final de la tarde para cenar.
Me
inquieté muchísimo, llamé a un familiar médico pidiendo su opinión y me
sugirió llevarlo a la emergencia de la clínica donde prestaba consulta
privada. Lo evaluó y dada que no era su especialidad el aspecto
neurológico de la medicina, llamó a un colega para que ofreciera ciertas
luces sobre lo que estaba presentando mi hijo como sintomatología.
Al
final fue necesario la hospitalización por un par de días para
múltiples exámenes y la conclusión del especialista fue algo así como
"pérdida circunstancial de la memoria presente", es decir,
momentáneamente había extraviado la capacidad de aprehender sus
recuerdos más inmediatos, sólo tenía como referencia sus recuerdos
pretéritos, los hábitos y las rutinas adquiridas hasta ese día de su
vida, más nada.
Sentí que el piso
temblaba a mis pies, recuerdo una fuerte opresión en el pecho y mi
cabeza daba tumbos entre escenarios de diversa índole ¿y ahora?
Afortunadamente el médico me tranquilizó al explicarme que de acuerdo a
los resultados de todos los exámenes y estudios realizados, esta
situación sería temporal y que paulatinamente mi hijo superaría este
episodio con su cerebro, semejante a un sistema eléctrico cuando sufre
un cortocircuito. Recomendó algunos medicamentos, reposo, paciencia y el
evitar la práctica de deportes donde era necesario utilizar la cabeza
como en el fútbol, por ejemplo. Y continuó la vida, aunque en este
momento no puedo dejar de reconocer los días de gran angustia que pasé.
Relaciono
este episodio personal con la motivación que tuvo la Fundación
Alzheimer, capítulo Aragua, cuando en días pasados invitó a una charla
sobre esta condición neurodegenerativa, en el marco de la celebración de
la semana de concientización acerca de esta enfermedad. ¿Por qué la
relación? El Alzheimer precisamente secuestra nuestra memoria presente,
al punto que como vulgar ladrón nos arrebata de manera progresiva
nuestros marcos de referencia.
Un malandro al acecho.-
En este encuentro, el ponente, Ciro
Gaona, un destacado médico neurólogo, a lo largo de un poco más de dos
horas compartió mucha de su experiencia profesional, académica y de vida
con ese órgano de nuestro cuerpo que tachó de milagroso y en esto le
doy absolutamente la razón. Aún cuando soy enemiga de las posiciones
absolutistas, en este caso debo realizar una excepción, porque el
cerebro desde las alturas de nuestro cuerpo semeja a ese director que
emplaza a establecer caminos, a encontrar rutas, a reflexionar sobre el
sentido de nuestra existencia y desde su responsabilidad primaria a
mantener el equilibrio de nuestras funciones biológicas principales.
Aspectos a destacar acerca del Cerebro, expuestos de manera general durante la charla .-
1)
Pesa alrededor de 1 kg y medio. Está conformado por grasas y proteínas.
Se alimenta de glucosa, oxígeno, amor y vínculo social.
2)
La neurona es la célula básica y fundamental del sistema nervioso. El
cerebro cuenta con miles, pero miles de ellas, se afirma incluso que su
número supera con creces la población total de la tierra.
3)
El proceso de conexión entre neuronas se denomina "sinapsis".
Funcionalmente se lleva a cabo por la interconexión entre las dendritas
que la conforman y es un elemento básico para la transmisión del impulso
químico-eléctrico que se lleva a cabo para el envío de señales de
pervivencia a otras células neuronales, musculares, glandulares.
4) Este proceso sináptico puede ser positivo o negativo.
En el primer caso promovemos la felicidad en el segundo nos
arrinconamos en la queja. Desde el aspecto positivo es necesario
erradicar algunas actitudes que a juicio del Dr Gaona frenan esa
vinculación enriquecedora con nuestro entorno como son: la rabia, el
rencor, la envidia, los temores, el pesimismo y la indiferencia.
Trabajemos nuestro optimismo desde la tolerancia, la comprensión y la
empatía, reduzcamos el estrés, disfrutemos de las cosas más simples y
asumamos con determinación la práctica de alguna actividad física. Esta
última consideración libera endorfinas,
hormonas producidas por nuestro organismo, que promueven el buen humor y
una excelente disposición a estar en paz con nosotros mismos.
5)
El beta-amiloide, es una proteína tóxica, responsable del deterioro
gradual de las células neuronales, afecta seriamente y de manera
progresiva el proceso cognitivo de nuestro cerebro, entendiendo como
cognición a nuestros esquemas de referencia, a todo aquél proceso que
nos permite identificar nuestra esencia, nuestro significado, el
desarrollo y mantenimiento de nuestra habilidad social. Si todo esto
falla, el trastorno conductual comienza a tomar forma en aquellos
olvidos recurrentes, en episodios depresivos y hasta en la pérdida del
sentido propio de la ubicación tanto geográfica como existencial. No en
balde esta enfermedad está categorizada dentro de lo que se denomina demencia senil.
6)
La alimentación es importante y relevante. Es imperativo ocuparnos por
desarrollar correctos hábitos en este sentido, donde los distintos
grupos nutricionales se encuentren en equilibrio al consumir porciones
controladas. El Omega 3 es el aliado perfecto dentro de este cometido,
es así que los pescados azules (pescados grasos) como el atún, las
sardinas frescas, el salmón, el jurel, entre otros, deben formar parte de nuestro menú de forma preferencial. Por otro lado
pequeñas cantidades de cacao (chocolate oscuro) y los frutos secos tales
como las nueces, las almendras, el maní, también colaboran en ese plan
alimenticio que va de la mano con la salud de nuestras funciones
cerebrales.
El
responsable de la enfermedad de Alzheimer, el beta-amiloide es un
malandro, un delicuente sigiloso que desde la más elemental impunidad
nos roba lo mejor de nosotros, por lo tanto es necesario asumir desde ya, planes
preventivos que ayuden a combatir su incidencia. Debemos ocuparnos
seriamente por la calidad de nuestra memoria futura construyendo una
enriquecida memoria presente.
Para
finalizar, es primordial internalizar estas inquietudes para así
transmitirlas a los jóvenes y a todos aquellos adultos que inician la
edad madura. El efecto multiplicador al compartir información básica
sobre esta enfermedad puede evitar que en un futuro no muy cercano sea
considerada una pandemia, ya que es innegable que el envejecimiento de
la población será más representativo dentro de unos años y la situación
ideal es contar con un alto porcentaje de ciudadanos mayores que gocen a
plenitud de sus capacidades cognitivas. La sociedad entera así lo
demanda.
Agradezco mucho la oportunidad de asistir a esta charla y espero poder compartir otras en el futuro. Gracias M ...
"Don't leave me this way"
Gracias por compartir estos conocimientos que son tan útiles e importantes para todos.
ResponderEliminarDentro de los aspectos que hablan de la nutrición del cerebro me llama la atención en el que coloca "vinculo social", supongo que argumenta que para la buena vitalidad del órgano pensante debemos establecer lazos de afectos que nos permitan desenvolvernos dentro de un grupo de personas afines a nosotros mismos.
Me da curiosidad este punto ya que, las pocas mentes que conozco que ejercitan su mayéutica pertenecen a personas solitarias, aisladas y hasta podríamos asumir como asociales. Creo que es un fenómeno que esta presente en muchas culturas y se mantiene a lo largo del tiempo. En el pasado los grandes pensadores y científicos se ocultaban, tanto ellos como sus experimentos, de la muchedumbre que tanto los criticaba y buscaba callarlos. Quizás hoy en día no es tan diferente, quizás las conductas aun se mantienen.
Hace unas semanas terminé de leer una novela que hablaba de misterios, masones, clanes y secretos. Y mientras profundizaba en la historia de estos hombres no pude evitar hacer la comparación con nuestros tiempos actuales, ¿existe realmente una orden secreta que se reparten los secretos del universo? ¿Realmente existen personas haya fuera que tengan en sus manos conocimientos escondidos para algunos pocos? Quizá esta analogía parecerá un poco exagerada, pero hoy en día tenemos subculturas populares que se atreven a establecer paradigmas despectivos que definen con quien compartir la información y con quién no.
Muchas gracias Adrián por darte una pasadita por aquí y comentar.
ResponderEliminarEl vínculo social es muy importante para esa buena felicidad sináptica, recuerda que nuestro cerebro es el centro del pensamiento y de nuestra interacción con los demás surgen esas conexiones tan maravillosas que nos permiten reconocernos como seres con sentido de pertenencia.
La mayeútica no es propiedad absoluta de las personas que les gusta aislarse, el hecho que disfrutes mucho de la exclusividad de tu compañía, no significa que en algún momento puedas compartir tu sentir con tu entorno, de lo contrario, ¿cómo enriqueces tu ser? Las experiencias de vida son consecuencia de nuestra interacción con los demás.
Sobre la lectura que mencionas, observo con mucho recelo ese tipo de organizaciones, no despotrico de ellas, más sin embargo ese principio de exclusión que las caracteriza elude la pluralidad y la amplitud de pensamiento, cosa que defiendo con mucha vehemencia.
Un gusto saludarte ;)