Mirar más allá de lo aparente...
Palabras dirigidas a la V Promoción de
Ingenieros de Procesos Industriales de la Universidad Central de Venezuela10 de diciembre de 2016 – Núcleo Armando
Mendoza
Me complace muchísimo estar aquí,
en este momento, frente a ustedes, diversas circunstancias dijeron presente
para que esto así fuera y lo agradezco infinitamente. Leí recientemente en
algún sitio y discúlpenme al no ofrecer las coordenadas de ubicación de ese
sitio porque no las recuerdo; es que mi memoria de idas y venidas tan pronto
mis dedos teclean los símbolos, asaltan súbitamente a mis ideas. Vuelvo a lo
que leí y es que ese sitio señalaba algo así como que no se debe trabajar solo
en función de un reconocimiento o de una fama que puede ser muy efímera, más
bien el asunto se trata de trabajar con mucha querencia y compromiso hacia aquello
para lo que nos formamos o simplemente para lo que el devenir de las cosas nos
llevó a asumir como razón de trabajo para sustentarnos, porque haciéndolo de
esa manera el reconocimiento vendrá por sí solo, en esto, no es necesario
premios rimbombantes, ni pregones escandalosos.
Amen mucho lo que son y lo que
decidan hacer, amen
desde ya el trayecto profesional que se vislumbra.
¿Por qué mirar más allá de lo
aparente?
Es una expresión que no es ajena
para todos ustedes cuando me acompañaron en el curso Filosofía de la Ciencia,
donde muchos podrían haberse preguntado en ese momento…¿un ingeniero en
dimensiones filosóficas? Sí, así fue y así continúa siendo. El amor por el
pensamiento ha sido un grato descubrimiento dentro de mis intereses académicos
y reconociendo que es tan poco lo conocido sobre esto, que me sobrecoge de
manera muy particular el hecho de que no me alcanzará la vida para conocer todo
lo que quisiera conocer, por el simple hecho de que nuestra finitud y todo lo
que ello implica, resulta en un dilema constante a la hora de la toma de
decisiones en relación a los caminos del aprendizaje. Toda decisión implica la
renuncia a algo, tal como lo dijera un buen amigo hace algunos años atrás.
Una anécdota reciente. Estando en la Feria del libro de la
Universidad de Carabobo 2016, mi casa de estudios universitarios, me dirigí al
stand de una editorial, muy nueva por cierto y que está apostando de una manera
muy bella por el país, porque ofrece libros artesanales que rescatan la memoria
histórica de esta tierra, en la figura de poetas, escritores y ensayistas de la
segunda mitad del siglo XX, rescate para las nuevas generaciones como las que
ustedes representan. Dentro de su propuesta destaca la publicación dedicada a
parte de la obra periodística de una apreciada profesional de la comunicación
social como lo fue Miyó Vestrini.
No voy a ahondar en la biografía
de esta enigmática mujer, sus coordenadas pueden estar a un simple click en el
buscador de sus computadores para el que tenga curiosidad, solo puedo decirles
que fue un ser humano inteligente y sagaz al ejercer su profesión. En una oportunidad
afirmó que el periodista está tan embebido en la construcción de la pregunta
que no presta la debida atención a la respuesta, entonces… ¿Qué relación puede
tener esto con la ingeniería? La hay, si utilizamos nuestro pensamiento
divergente, despertar ese hemisferio derecho del cerebro que como perezoso al
fin, es necesario advertirle de su inactividad, porque entre preguntas y
respuestas mucho por contar y como bien saben, nuestra esencia como ingenieros
apuesta en gran medida por el lado izquierdo de nuestro órgano pensante…
En fin, la anécdota es que al
comprar el libro dedicado a esta brillante mujer, me encuentro al destapar el
empaque porque venía forrado similar a un regalo, con un libro con tapas de
cartón crudo sin portada y al abrirlo
observo que los títulos internos están entrecortados. Inmediatamente pensé que
había un error y que había escogido por mala suerte un libro con errores de
encuadernación y tipografía, escribí inmediatamente a la editorial explicando
mi infortunio y mi sentido de pérdida económica. Recibí de vuelta una sentida y
emotiva explicación de la propia responsable y cerebro pensante de la
iniciativa editorial, quien en ejercicio de aquello que llamamos un efectivo servicio
al cliente desde el punto de vista logístico, utilizó sus mejores palabras para
describir el producto final que tenía entre manos. Faride, nombre de esta
simpática joven porque tuve la oportunidad de conocerla, me respondió que no
había perdido, que el libro era una obra de artesanía, con un cartón de
especificaciones muy particulares, con hojas de impresión de altísima calidad y
una estética destacable y que había sido diseñado de manera expresa para demostrar
una pequeña obra de arte y hasta de colección basada en la temática del
libro…al filo de la noche.
Luego de leída explicación tan detallada, descubrí que mi
ignorancia visual para apreciar aspectos tan simples y hasta hermosos dentro de
lo que era la esencia del libro y la protagonista del mismo, me llevaron a la conclusión que debía cambiar la mirada,
apreciar el libro desde otra perspectiva. Faride ofreció devolverme el dinero
si no estaba convencida y me invitaron a una entrevista personal para
explicarme el proyecto editorial. Fui nuevamente, escuché, quedé encantada. En
esta ocasión me brindé esa oportunidad ¿en cuántas no lo he hecho?
Aquí voy entonces con la
ingeniería que es el objeto de este encuentro, estoy frente y es posible con el
pensamiento a distancia, de 20 profesionales que ejercerán la Ingeniería de Procesos
Industriales, 20 seres humanos que tanto dentro del país como fuera de sus
fronteras apostarán por los comportamientos asociados a las respectivas competencias
reflejadas en cada uno de los módulos que conforman el pensum de estudios de la
carrera, nunca estará de más tenerlos en cuenta: el
saber, el saber estar, el saber hacer, el querer hacer y el poder hacer,
vistos como habilidades que servirán para enfrentar el tan competido mundo
laboral. Durante diez semestres ustedes trajinaron conocimiento no solo
técnico-científico, sino ese conocimiento del lado humano que nunca debemos
olvidar y que siempre destaco, el trabajo en equipo, el liderazgo para asumir
nuestro propio destino, la convivencia enriquecedora para gestionar el ego, el
empoderamiento personal para asumir desafíos. ¿Saben cuál es el perfil
profesional que les caracteriza? Aquí se los recuerdo:
El
Ingeniero de Procesos Industriales es un profesional con una sólida formación
en aspectos disciplinares, metodológicos y socio-profesionales los cuales
aplica al diseño, ejecución y evaluación de proyectos de ingeniería, vinculados
a la producción y control de procesos industriales enmarcados en políticas de
calidad, económicamente factibles y socialmente útiles.
Voy más allá ¿qué es ser ingeniero? Indaguen en
ese
perfil ontológico, no me voy a extender en este tema filosófico, solo les
dejo sembrada la semilla para que en algún momento germine y les permita ir
reflexionando en la esencia que los caracteriza y el quehacer que pueda
definirles. No olviden el ingenio y la creatividad, apuesten siempre por ellos
porque saldrán ganando sin ninguna duda. Venezuela necesita mucho de eso y
también de los comportamientos asociados con el saber hacer, el querer hacer y el saber estar, menciono estos
especialmente porque sé que vivimos tiempos tumultuosos que significan para
ustedes mirar hacia otros destinos, de hecho ya algunos de ustedes como
integrantes de esta promoción se encuentran fuera del país, retando a otras
culturas, desafiando a lo desconocido. No emito juicios de valor ante esta
realidad tan abrumadora que ensombrece el futuro de progreso y bienestar que
todos deseamos, porque para algunos el país se volvió quimera, ave maltrecha,
tierra estéril. Respeto la decisión personal tanto si es irse o quedarse, solo es
importante reflexionar muy bien tanto para un escenario como para el otro. Nuevamente… ¿mirar más allá de lo aparente?
Vuelco mi mirada en el libro de cartón…Venezuela puede ser ese libro de cartón.
Comiencen la búsqueda de sus
referentes personales, gente que les llene tanto a nivel personal como profesional,
eso sí, cuidado con el fanatismo y el adoctrinamiento, que las posturas de esos referentes en los diversos
campos donde se desempeñen, les permitan volar con sus propios instrumentos. Quiero
mencionar a algunos referentes en mi ejercicio profesional y quiero a través de
este acto dejar constancia de su influencia, no puedo mencionarlos a todos,
sería interminable sin embargo destaco a Juan Quintero, ingeniero venezolano,
Iván Lansberg Henríquez, consultor gerencial venezolano y Joseph Brodsky, poeta
ruso. El primero a través de su ejercicio profesional me ha demostrado desde
que le conozco lo que significa poner en ejercicio el ingenio, lo que es diseñar,
mejorar, perfeccionar, familiarizarse con la máquina como artefacto que le ha
unido a sus inquietudes creadoras desde muy temprana edad. Las máquinas que
toca y administra dentro de su ejercicio profesional o en la vida cotidiana,
llevan algo de su alma. No busca reconocimiento, nunca lo ha hecho, solo es mi
esposo y he sido testigo de su afán y fruición para atacar los problemas de
ingeniería, desde el análisis concienzudo de los procesos que involucran el
funcionamiento de los equipos que tiene bajo su responsabilidad. Su apoyo ha
permitido que haya tenido la maravillosa oportunidad de pertenecer a este
programa de formación para ingenieros y que hoy comparta con ustedes tan
significativo momento. Se necesita entonces el trabajo en equipo en las relaciones
de pareja, trabajen en ello con esa decisión hecha persona y que muy
probablemente hoy les acompaña.
Iván Lansberg ha sido la luz en
el camino de la dirección administrativa, en lo tocante a la gerencia personal,
reflexionar en lo que él llama el Talento Vital Práctico, ese talento que
debemos poner a disposición de nuestro entorno, porque dentro de la función
social de la ingeniería está llevar muy en alto que la finalidad del ejercicio
de nuestra profesión es mejorar la calidad de vida de ese entorno que nos
demanda soluciones. Lansberg es la amplia cultura, es la conjunción inteligente
y asertiva de la gerencia y la condición humana.
Brodsky me subyugó en una línea …oscuro
como el interior de una aguja y me pregunté ¿cuánto cabe de la noche en
el interior de esa aguja? De inmediato fui en su búsqueda, no de la noche, del
hombre a través de sus libros, sus escritos, su poesía, su biografía. Mucho se
sabe de un hombre a través de sus pensamientos escritos en hojas al viento. Brodsky
también está a un click en sus computadores para los interesados, solo puedo
decirles que su ensayo sobre el aburrimiento como discurso dirigido a
estudiantes universitarios como ustedes no tiene nada de desperdicio, cada
palabra le agrega valor al producto final...la idea. El aburrimiento derivado
de la rutina signa nuestras vidas, no lo rechacemos, es necesario reconocerlo
¿qué se hace cuando se desea ser experto o ejercer la maestría en algo?
Repetirlo una y otra vez es la consigna, la reiteración nos ofrece la
experiencia, el dominio del arte, aunque también la penitencia. No le huyan a
aburrirse entonces, solo aprendan a administrar tales situaciones y en los
fulgores de lo nuevo, desplieguen todas sus alas para disfrutar el vuelo tanto
por la distancia del viaje y el tiempo, ante un destino que obligará a una
nueva rutina. ¿Paradójico? La vida está llena de ellas, solo estemos atentos y
miremos…
Ha terminado una fase en sus
vidas, transiciones de la existencia que les llevará a nuevos derroteros, a
nuevos ciclos que irán cerrando, para abrir otros en un camino indetenible
mientras hay vida.
Miremos el libro de cartón de nuevo…
Miremos nuestra razón de ser, la
querencia de nuestra niñez, de nuestra adolescencia, reflejada más tarde en
este acontecimiento que hoy les lleva a estar aquí presentes en esta sala de
estudios, en este Núcleo, en esta universidad, que recordarán desde otros
escenarios de ahora en adelante.
Miremos siempre hacia el interior
de nosotros mismos en la búsqueda del Talento Vital Práctico.
Miremos hacia la noche y
busquemos la luz, porque después de la noche más oscura siempre estará el sol
esperando por despuntar.
Miremos a Venezuela una y otra
vez…
Me incluyo con ustedes porque el
aprendizaje no termina nunca.
Agradecida siempre…
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