Tener la llave adecuada


Quiso introducir la llave en la cerradura pero la ranura le impedía el paso. Sintió que algo se interponía en el camino del instrumento metálico, una fuerza en contra rechazando el avance triunfal.  Estuvo unos minutos maniobrando, izquierda, derecha, con un empuje adicional tratando de vencer la resistencia, todo inútil. Súbitamente experimentó pánico al comprobar que de forma inmediata no podría acceder al sitio que desea, saca la llave de la rebelde abertura y la revisa cuidadosamente en caso de estar utilizando la equivocada. No, todo parece indicar que es la indicada, entonces ¿por qué no se acopla de manera perfecta al entrar en el resquicio de la cerradura? Deberá pedir ayuda, es así cómo empieza el inventario personal de aquello que es importante.

El ejercicio de vivir puede asemejarse a abrir puertas, en otras es asomarse a la ventana para otear el paisaje. ¿Estamos adentro? ...queremos salir. ¿Estamos afuera? ...deseamos que la entrada sea inminente, gloriosa. Según la perspectiva, una vez ¿adentro? ¿fuera? ¿qué continúa?...

                                Aeróbics de emociones:
    Va por partes. Decide asomarse a la ventana primero,  siente que algo internamente está roto y sólo tiene la intención de recomponerlo, el espíritu, la mente son poderosos para esta tarea.  Es inevitable no rememorar, recrearse en escenarios pretéritos, en estímulos gratificantes que elevan su propio conocimiento hacia la creatividad. El tiempo corre apresuradamente, en un momento lo reconoce impaciente, egoísta hasta irreflexivo. ¿Cómo disfrutar a plenitud el aquí y el ahora si la inevitabilidad de la vida te obliga a establecer prioridades? Aún así se acercó y abrió las bisagras del marco, sintió una ráfaga de aire fresco ¿el paisaje? definitivamente cambió, nuevas posturas, indefinidas, hasta tímidas, pero reconoció algo muy cierto y sentido, la nostalgia es familia cercana de la querencia y en lo más interno de su ser esas emociones se agitan de forma que la revitalizan. Reconoce un impulso generador de nuevos estímulos. Hoy fue diferente, la ventana reflejaba un panorama gris, demasiada tristeza provenía de las alturas, en una copiosidad tal que le desconcertó y asombró. Tantas lágrimas desde ese techo de nubes, inundó el espacio geográfico de su existencia y le obligó a reconocer que ante el poderío de la naturaleza  el hombre en ocasiones es un simple actor con un parlamento escaso. Observa con pesar las imágenes de ríos, quebradas, cerros saturados de líquido que ceden ante la inclemencia del cielo y sólo queda esperar que muy pronto el sol pueda brillar de nuevo. Ahora, ¿brillará con la fuerza necesaria para  purificar todo aquello que se resiste a abandonar posiciones de presunción y altivez?

No había podido escribir, súbitamente las ideas se escondieron, no emanaban con esa fuerza que impulsa, que excita y que a la vez sosiega, esto no es nuevo. Recibió letras especiales en un pedazo de la pantalla del ordenador y se vió a sí misma con muchos años menos, cuando las ocupaciones más inmediatas se relacionaban con el exámen más próximo a presentar o la espera del sentimiento que cobijaba un futuro espléndido. Reconoció por un breve instante que complace ser recordada después de tanto tiempo y que ya a estas alturas, el hacia adelante tiene un carácter especial. Podría pensar que el ritmo es más lento, pero no, todo va más rápido y en ciertos momentos causa temor.

La Ventana. Dinora Villalba        
                                                           Abrir la puerta:  
Es algo más trascendente y definitivo, es similar a tener una ventana inmensa que no sólo invita a observar el entorno sino que te pide que lo vivas y lo compartas. De esta forma es inminente sentir la marca, el sello, la rúbrica y sólo queda la sensación ambigua de si estás dentro o fuera. ¿Dentro?  Está el cobijo, la serenidad, ¿la tranquilidad? no está completamente segura. ¿Afuera?  Meteorología tempestuosa la actual. Estar a la intemperie obliga a valorar lo que se dejó atrás y empieza la búsqueda de una nueva puerta que  permita traspasar su umbral siempre en la búsqueda de esa paz que en ocasiones se extravía. Reflexiona, existe una realidad que le sobrepasa, que le aventaja ...que le supera ¿puede evadirla por un instante? ¿tiene sentido? ¿es válido el escape? ...¿tendrá la llave adecuada?
El tiempo sigue su marcha diligente, sin más prisa que la que él impone, obliga, acosa. De manera inesperada reconoció  que llegará el espacio físico donde las horas comenzarán a alcanzarle y no tendrá más remedio que rendirse. 



Comentarios

  1. Me llevó como 10 párrafos expresar mas o menos, lo que tu, mi querida Sol, has sabido expresar tan poéticamente en estas líneas: "Tantas lágrimas desde ese techo de nubes, inundó el espacio geográfico de su existencia y le obligó a reconocer que ante el poderío de la naturaleza el hombre en ocasiones es un simple actor con un parlamento escaso"

    Hoy, no se si abri, o cerre puertas, pero si se que por fin allí brilla el sol, y que desde la orilla, me queda esperar...

    Un abrazo enorme, me ha gustado muchísimo este post.
    Cariños,

    Mar.

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